21 nov 2013

LAS CIBER[*]

por Juan Pizzani

Ya habíamos escuchado sobre nuevas estrategias de marketing que consisten en crear perfiles falsos en Facebook, a los cuales les gusta determinados productos, marcas, etc. Ahora también vemos una multitud de perfiles masculinos falsos, no asociados a ninguna actividad comercial concreta, todos en trajes de baño o short, tipos papea’os sin camisa, en una playa o montaña; fotos que se ve claramente que son bajadas de internet. Además que estos perfiles tienen dos, tres, o a veces hasta una sola foto y poca o ninguna actividad en el muro. Serán personas que abren una cuenta y no quieren poner una foto propia, quizá no les gusta como son, quizá son hombres que se ocultan en un closet. La mayoría de estos perfiles están relacionados con otros, o pertenecen a grupos aparente o explícitamente sexodiversos. Es marcado aquí el materialismo, la cultura consumista del cuerpo asociados a una escena y comunidad “gay”.

Mentiría si dijera que no estoy sensibilizado hacia un aspecto, una forma del cuerpo masculino, paradigmática, promovida hoy desde la industria millonaria del fisicoculturismo, el fitness y la “buena vida”. Son estos brazos, piernas y torso de Atlas que también se vienen anclando en nuestra psique a través de la pornografía gay. Diré esto a sabiendas de que la pornografía heterosexual predominante se enfoca en el cuerpo de la mujer, mientras que el hombre, muchas veces gordo o hasta avanzado en edad, provee sólo el pene, la acción, la posesión. Parece que, en la mayoría de casos, este cuerpo trabajado con enorme esfuerzo tiene detrás egocentrismos, narcisismos, compensación de carencias afectivas y diferentes complejos como el de feo, bajito, de pene pequeño, por color de la piel, por tipo de rostro o de conducta; según la imagen que predomina tanto en los espectáculos eróticos como en los discursos de salud.

El Facebook hoy sustituye en gran medida lo que en los 80 y 90 fueron los viejos clubes de citas románticas a través de cintas de video, donde hombres y mujeres hacían grabaciones describiéndose a sí mismos(as) y diciendo qué les gustaba y qué buscaban en un(a) posible compañero(a). En una red social este tipo de actividad es masiva y mucho más eficiente, pero también pública y evidente, cayendo en lo que se viene diciendo de que “Facebook es una forma de autoespionaje”. Las reglas del juego no están claras para toda la gente entre “locas”, “ful serios”, “bi”, “activos”, “pasivos” y “versátiles”; además de que el perfil FB o Manhunt, aun cuando es real, con fotos del usuario verdadero, sigue siendo un escudo más, una coraza más que impide el desarrollo sano de la personalidad con su correspondiente comunicación recíproca de impulsos afectivos. Quizá en una sociedad más madura emocionalmente, sin tanta represión, podrían tener algún sentido este tipo de recursos.


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[*]Artículo previamente publicado en http://soberaniasexuales.wordpress.com/2013/09/15/las-ciber/ así como en el semanario Épale, revista encartada en el periódico Ciudad Ccs. Lo difundimos acá a próposito del núm.07 de Gente rara sobre el tema Disidencia en red.

2 comentarios:

  1. Hay ideas interesantes en este texto, pero yo no entiendo el tono. No entiendo desde dónde escribe. ¿Cómo fundamenta sus argumentos? De dónde saca afirmaciones como que el cuerpo musculoso re-equilibra carencias, o qué quiere decir cuando dice "desarrollo sano de la personalidad"? ¿Cómo se sabe qué es sano y qué no lo es? Cuando digo no entiendo el tono, es que lo encuentro moralista.

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    1. Hola! Le haremos llegar tu comentario a Juan.
      Gracias por pasarte por acá.
      Abrazo.

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